Su dueño lo maltrató y lo quería sacrificar porque no podía andar, pero el dueño de la clínica tenía otro plan para Lucho

En 2012 los dueños de ‘Lucho’, un french poodle de cuatro años, lo llevaron a la consulta del veterinario porque no podía caminar. Sus dueños pensaban que sólo había una opción: "dormirlo" para siempre. 

El veterinrio le hizo pruebas de rayos X y descubrió por qué el animal no podía caminar. Lucho tenía una rotura de columna provocada por un golpe, lo que hizo sospechar al veterinario que el perro había sido maltratado. 

Ese día, el 12 de agosto de 2012, la vida de Lucho y la del propietario de la clínica, Christian Heymann, iba a dar un vuelco inesperado.

Con el diagnóstico de su espalda rota en la mano, el dueño de Lucho pidió que lo «durmieran». “Él pidió que lo durmiéramos porque no se haría cargo”, cuenta el dueño de la clínica, Christian Heymann.
 
Fuente de la foto: Instagram
 
 
Pero Christian se dio cuenta de que Lucho estaba animado, comía y quería morder, así que le habló al dueño de la posibilidad de hacerle una silla de ruedas adaptada, con tratamiento y los cuidados necesarios, el perro podría llevar una vida normal. 

Heymann lo tenía claro: “Todos los animales se merecen una oportunidad y al asumir la responsabilidad de tener una mascota, se debe tener en cuenta que es un ser vivo que requiere cuidados también”.

 
Fuente de la foto: Instagram
 
Christian Heymann no podía dejar morir al animal sabiendo que había posiblidades, así que decidió quedarse con él. Lucho no podía haber llegado a mejores manos. 
 
 
 
Lucho se arrastraba y sus propias heces y orina causaron daños en la piel. Un mes tardaron los tejidos en regenerarse, gracias a los cuidados de su nuevo dueño y con ayuda de la silla de ruedas hecha con tubos de PVC y ruedas auxliares de bicicleta. 
Y acompañaba a Christian en sus visitas a otros perros. “Necesita ser estimulado para orinar, entonces iba conmigo para que yo pueda estar pendiente de este”, cuenta el veterniario. 
 
 
 
Fuente de la foto: Instagram
 
Lucho se mostró pronto encantado con su nueva familia humana y los otros siete perros de la familia. y todos los que visitaban la clínica se enamoraban de Lucho.
 
Fuente de la foto: Instagram
 
 
Sus ganas de vivir y recuperarse motivaban a todos. Y su dueño no dudó en buscar ayuda para hacer una buena silla de ruedas adaptada para él. Y la encontró en Carlos Tacuri, el dueño de una tienda de bicicletas en Quito, que hizo una silla de acero adaptada para Lucho, y Jameela Valladares, propietaria de una empresa de elaboración de accesorios para mascotas, creó el forro de la nueva silla. Después de algunas pruebas y ajustes, el resultado fue una silla que se adapta perfectamente a las necesidades de Lucho. 
 
 
 
Fuente de la foto: Instagram

Y así pudo Lucho caminar de nuevo. Pero eso no es todo, junto con su amo, Lucho compite en maratones, carreras de bicicletas, desfiles de modas y muchas otras actividades. Para Lucho no hay límites, gracias a sus ganas de vivir y la inmesa ayuda de su dueño. 
 
Fuente de las fotos: Instagram
 
 
 
Fuente de la foto: Instagram
 
 
Su dueño escribe en Facebook sobre la siguiente foto: «Miren! En el podio de los ganadores del Dog Show News en la Exposición Nacional de Panamá. 
 
Fuente de la foto: Instagram

Miren este precioso vídeo de Lucho:

Por motivos de trabajo, Christian tuvo que trasaladar Panamá. Y el veterinario lo tenía muy claro, Lucho iría con él. Y en Panamá siguen ahora corriendo, saltando, compitiendo y repartiendo alegría. Y Lucho pertenece ahora a DCT DYMAMIC CYCLYNG TEAM de Panamá.

 
Lucho y Christian son todo un ejemplo de superación y ganas de vivir. Ellos demuestran cada día que no hay limitaciones cuando hay motivación y alegría. Comparte la historia de esta preciosa e inspiradora amistad.