El 24 de agosto de 2016 Italia sufrió un terremoto devastador que se llevó la vida de 297 personas.
Éste sacudió especialmente la ciudad de Pescara del Tronto, una población histórica con una población permanente de 100 personas.
Cuando el terremoto tuvo lugar, muchos de los antiguos edificios de piedra quedaron en ruinas, la gente quedó enterrada viva bajo las ruinas y muchas familias se quedaron sin hogar.
Los rescatistas y ciudadanos de a pie trabajaron fervientemente para retirar los escombros y salvar la mayor cantidad de vidas posible.
Bajo las ruinas estaba Giulia Rinaldo, de tan solo 8 años de edad. Cuando los bomberos la encontraron 16 horas después del terremoto ya estaba muerta.
Cuando se llevaron el cuepo sin vida de Giulia, los bomberos encontraron a su hermana pequeña Giorgia, de cuatro años, que todavía estaba viva debajo de ella.
Giulia había sacrificado su propia vida para hacer de escudo humano para su hermana pequeña.
Uno de los bomberos quedó conmovido con el acto de Giulia y escribió una carta que puso sobre el ataúd, escribe news.com.au.
Giulia y otras 34 personas fallecidas fueron honradas en un funeral de estado en la capital regional, Ascoli Piceno.
Esto es lo que el bombero escribió:
«Hola pequeña,
Di una mano tratando de sacarte de la prisión de las ruinas. Siento que no llegamos a tiempo. Desafortunadamente habías dejado de respirar.
Pero quiero que sepas desde allí arriba que hicimos todo lo posible para sacarte. Caundo vuelva a casa sabré que hay un ángel mirándome desde el cielo.
Adiós Giulia, incluso si nunca te conocí te quiero.
Andrea».
Después de publicarse la carta en un periódico italiano se hizo rápidamente viral y estoy segura de que tocó el corazón de miles de personas.
Giulia es una verdadera heroína que vivirá en los corazones de mucha gente que no olvidará su acto de valentía.
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