Emilie estaba viajando cuando se encontró a bebé abandonado – entonces su vida cambió

No siempre es fácil saber qué es lo que quieres hacer en la vida, especialmente cuando eres joven. Yo tenia muchos sueños sobre los viajes y la carrera que haría cuando me graduara. Algunos planes se dieron y otros no, porque los planes cambian con el tiempo.

Emilie, de 22 años, estudiaba en la universidad y quería ver mundo, pero pasó algo que no nunca imaginó.

Emilie Larter casi había terminado sus estudios y ansiaba con irse de viaje. Empacó su mochila y se fue a Uganda como voluntaria durante dos meses. Al menos ese era el plan. 

Emilie aceptó un trabajo en un orfanato, donde fue recibida con los brazos abiertos.

«Entrar en la guardería fue un shock cultural para mí. El lugar estaba en un pequeño pueblo, a 25 kilómetros de la ciudad más cercana. Recibí mucha atención porque era una «mzungus» (persona blanca). Mis tareas eran simples; cambiar pañales, asegurarme de que los niños comieran y jugar con ellos. Era maravilloso, explicó Emilie a British Mirror.

Fuente: Emilie Larter

Tras pasar un mes en la guardería del orfanato, Emilie se enteró de que había un recién nacido que perdió a su madre en un pueblo cercano. El bebé tenía solo cinco días de vida y como ni él ni sus seis hermanos tenían ningún pariente, el orfanato se quedaba con su custodia. Fue el principio de algo que cambió la vida de Emilie para siempre. 
 
«El niño se llamaba Adam y yo era una voluntaria, era responsable de él. Dormía conmigo y estaba conmigo todo el rato. Me educaron como profesora de primaria, pero era la primera vez que tenía que cuidar de un recién nacido, así que llamé a mi madre para que me diera algunos consejos, dijo Emilie.
 

 
Las condiciones en el orfanato eran duras. No había electricidad ni agua corriente, y el agua tan solo podía ir a recogerse cuando había sol, si no era muy arriesgado. Emilie estaba con Adam tan a menudo como podía, lo que le hacía llorar cada vez que ella no estaba cerca. 
 
Pasó el tiempo y Emilie tenía que irse a casa para finalizar sus estudios y hacer su exámenes. Hicieron una gran fiesta de despedida y regresó a casa, pero siempre pensaba en Adam.
 
Tan pronto como pudo regresó y vio lo mucho que Adam había crecido. Se quedó allí cinco meses, hasta que se quedó sin dinero y tuvo que regresar a Reino Unido para trabajar.
 
«Lloré durante todo el camino a casa, pensando cómo podría permitirme el regresar. Cuando llegué conseguí tres trabajos. Enseñaba durante el día, trabajaba en un bar por las noches y era cuidadora los fines de semana. Estaba completamente agotada, pero tras un par de meses tenía dinero suficiente para ir varias semanas, dijo a British Mirror.
 

 
Al final, Emilie se dio cuenta de que esto no era sostenible en el tiempo. 
 
– «Lo había decidido, también rompí con mi novio. No estaba lista para abandonar cosas que más me importaban en la vida y él no era una».
 
El corazón de Emilie estaba con este niño huérfano, lo que la hizo regresar a Uganda. Ahora ella ha iniciado una página de Go Fund Me para poder adoptarlo.
 

 
La vida no siempre se da como uno piensa, algunas veces los sentimientos se interponen. Por favor, comparte si también admiras cómo, siendo tan joven, Emilie quiere hacerse cargo del pequeño Adam a pesar de las dificultades.