El perro no tenía nombre y nadie se preocupaba por él. Pasó varios días encadenado fuera de una casa sin comida y agua. Su dueño le había sellado la boca con cinta adhesiva para que no pudiera ladrar.
El perrito sin nombre estaba obligado a dormir solo sobre el cemento fuera de casa, chillaba para llamar la atención, pero nadie lo ayudaba.
Nadie sabe cuánto tiempo había estado allí encadenado, pero un día los vecinos se dieron cuenta de la situación, se preocuparon y comenzaron a verificar cada día si seguía encadenado.
Al final llamaron a la policía para hacer una denuncia, pero ni eso ayudó.
Los vecinos se cansaron de ver el perro así, esperaron a que el dueño del perro saliera de casa, luego se acercaron y se llevaron el perro.
No pienso contar lo que pasó después, pero puedes ver las imágenes abajo...
Así estaba el perro cada día sin comida y agua.
No había nada con qué podía jugar.
Se nota que no le quedaba muchas ganas de vivir.
El perro trataba de ladrar o chillar para que le ayudaran.
Al final los vecinos no aguantaban verle sufrir más, este es el vecino que le salvó.
Le dieron el nombre Alfie y le hicieron su propio perro.
Obtuvo un nuevo amigo.
Y ahora tiene un montón de juguetes para jugar.
¡Mira qué feliz está!
Ahora tiene muchas experiencias emocionantes cada día.
Hasta le dejan bañarse en el lago.
¡Todos los perros deberían poder vivir así!
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