En 2009 el matriomonio formado por Mike y Tracy Hermanstorfer se reunió en torno al árbol con sus hijos para celebrar la Navidad.
Pero pronto los planes cambieron drásticamente. En sólo unos minutos la familia estaba en el hospital.
Recibieron, con antelación, un verdadero regalo de Navidad, un nuevo miembro en la familia, un niño.
Al principio todo fue según lo planeado. El parto transcurría con normalidad.
Pero con la velocidad del rayo, la situación dio un gran giro: Tracy sufrió un paro cardíaco.
El personal del hospital trató de devolver a la ida a Tracy realziando la reanimación cardíaca usando un desfibrilador.
Pasó un minuto. Dos minutos. Después de cuatro minutos los médicos no habían conseguido obtener ningún signo de vida de la mujer.
La doctora Stephanie Martin, jefa del hospital de maternidad de Memorial Health System, en Colorado Springs, supo que tenía que actuar rápidamente.
”Lo llamamos la regla de los 4 minutos”, cuenta la médico a AP y continúa:
”Sabíamos que las posibilidades de sobrevivir del bebé se incrementaban drásticamente con cada minuto que el corazón de Tracy continuase latiendo. El bebé tenía un 95% de posiblidades de sobrevivir si se hace un cesárea cinco minutos después del paro cardíaco».
Los médicos comenzaron a preparase para una cesárea de urgencia.
Unos minutos después nació el hijo de Tracy, al que llaron Coltyn, pero con pulso muy débil.
El marido de Tracy, Mike, pensó que los iba a perder a los dos, madre e hijo, pero después de unos minutos consiguieron que el color volviera a la cara del pequeño, y pronto la sala se llenó de un ruido que hizo que todos respirar aliviados: el llanto del bebé.
Pero eso sólo era el inicio del milagro de esa Nochebuena.
Justo después del nacimiento de Coltyn ocurrió algo que dejó a todos pasmados. Tracy volvió a la vida.
La nueva mamá abrió los ojos y comenzó a respirar por sí misma.
”Hicimos un examen minucioso para entender lo que pasó, pero nada puede explicarlo”, dice la médico Stephanie Martin.
Para Mike Hermanstorfer es un día que nunca va a olvidar.
”Mis piernas comenzaron a temblar. Vi que todo mi mundo se venía abajo. Una hora después, lo tenía todo de vuelta».
Tracy piensa contarle pronto a Coltyn lo que ocurrió el día que él llegó al mundo.
”Se lo voy a contar todo… que él es mi pequeño milagro”.
Unos creerán en los milagros, otros no, pero ni los médicos pueden explicarlo de otra forma.
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