Cuando Priscila Morse, una estadounidense de Tennessee, vio la foto de Ryan, un niño búlgaro de siete años con un peso de tan sólo 3 kg debido a una severa malnutrición, supo que tenía que hacer algo al respecto.
Ella había sido adoptada y recordaba cómo su hermano había sufrido un cuadro similar antes de morir. Por este motivo, convenció a su marido para intentar ayudar al pequeño Ryan.
Ryan se debatía entre la vida y la muerte en un orfanato de Bulgaria, donde ante la escasez de recursos apenas podían tratar al pequeño.
Su foto extremadamente delgado y con mucho pelo, fruto de la severa desnutrición, dio al vuelta al mundo en el diario The Sun, conmocionando a miles de personas, especialmente a Priscila Morse.
Priscila movió cielo y tierra para poder cuidarle. Se trasladó a Bulgaria y se lo llevó a su casa en Estados Unidos.
La mujer dice que Bulgaria es un gran país, pero sin los recursos suficientes como para cuidar a los niños en los orfanatos. Ryan sólo necesitaba dedicación y ser alimentado mediante un tubo para evitar que muriera de hambre.
Nada más llegar a Estados Unidos, el niño fue trasladado al hospital, donde los médicos quedaron impactados con su estado.
Pero poco a poco, Ryan se fue recuperando y tolerando los alimentos. Hoy, a sus ocho años, su aspecto es totalmente diferente. Ryan tiene más peso y luce mucho mejor de cuando fue adoptado.
De todos modos, todavía queda mucho camino por delante. Su recuperación todavía necesita tiempo y su familia ha abierto una página de Facebook llamada “Saving Baby Ryan” (salvar al bebé Ryan) para que la gente esté al tanto de sus progresos.
Por favor, comparte la inspiradora historia de Ryan y Priscila, quizás anima a otros a ayudar al prójimo sin importar la distancia o el esfuerzo que esto suponga.
