Todo pasa por una razón, o al menos eso dice mi madre. No estoy del todo convencida, pero de tanto en tanto escucho una historia donde el destino es la única explicación.
Al menos el modo en que se reveló este misterio de 25 años es más que coincidencia.
No puedo decir al 100% que fuera el destino, pero definitivamente algo tiene que ver.
El 4 de julio, Ben Meyers y su sobrino de 11 años estaban pescando en el muelle del Lago Hartwell, en Carolina del Sur, Estados Unidos. El agua estaba clara y al principio no pescaban nada.
Entonces, el sobrino de Ben tiró de su caña y empezó a sacar lo que parecía una presa. Pero lo que el niño sacó del fondo del lago dejó en shok a su tío.
«Tomé mi red y llegó a la superficie del agua, de repente veo un bolso. Dije: ‘No has sacado ningún pez, sino un tesoro», explicó Ben a
Ben abrió el bolso y encontró una perfecta cápsula del tiempo de principios de los 90. Habían tarjetas de crédito caducadas, viejo maquillaje, gomas de peloy algunas fotos de be´be.
Ben no reconoció al niño en las fotos, pero sí el nombre de las tarjetas de crédito: April Bolt.
Resulta que April era una amiga de Ben. En el verano de 1992, ella atracó su bote en el Lago Hartwell y escondió su bolso a bordo mientras ella y su marido cenaban con sus padres. Pero cuando volvió al barco el bolso no estaba.
«Quedé devastada, lloré. Mi pequeño tenía 15 meses y todas sus fotos estaban ahí», April dijo a Fox Carolina.
Pero ahora, 26 años después, April ha recuperado su bolso. Ben se la devolvió a una agradecida April y el misterio quedó resuelto, todo gracias a una increíble coincidencia.
«No podía creerlo. Me quedé sin palabras. Nunca pensé que las vería de nuevo», dice April.
Como dicen, si debe ocurrir ocurrirá. Espero que mucha gente lea esta fascinante historia. Si puede alegrar el día de alguien habrá valido la pena.
