Todos estaban en contra de la boda del millonario y la joven – al año él muere y ella se queda en shock al conocer su último deseo

Marcel Amphoux, de 68 años, vivía una vida tranquila en las montañas de los alpes franceses. Era un ermitaño que vivía en una pequeña casa de campo, sin agua corriente ni electricidad. 

Pero gracias a su sencilla forma de vida, pudo ahorrar una enorme fortuna a lo largos de los años. 

Poseía también un gran terreno en los Alpes, cerca del pequeño pueblo francés de Puy-Saint-Pierre, que había heredado de sus padres. 

El terreno era muy codiciado y era ideal para un hotel del lujo, un paraíso de invierno para los amantes de la nieve y el esquí. 

El valor del terreno se incrementaba en millones cada año, pero Marcel nunca estuvo interesado en venderlo. 

© Flickr/Deux Alps

Marcel tenía una fortura, pero no había nada que hiciese sosprechar que este solitario hombre fuese rico. 

Pero Marcel quería compartir su riqueza con algunos familiares y amigos. Por esta razón cosntruyó casitas en el terreno para que los invitados pudiesen vivir gratis. 

Las mujeres nunca habían interesado a Marcel, hasta que conoció a la joven Sandrine Devillard, de 21 años, de París. 

Sandrine, una mujer acostrumbrada a la gran ciudad, llamó a la puerta de su sencilla casa en 2010.

Le contó a Marcel que era agente inmobiliaria y que estaba muy interesada en comprar su terreno. 

Marcel se negó rotundamente. 

Entonces ella quiso llevarlo a cenar para hablar de su propuesta. Marcel esta vez sí aceptó. 

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© Facebook/LeParisen

La pareja se enamoró al instante. 

Pero tanto familia como amigos intentaron advertir a Marcel, todos pensaban que esta misteriosa mujer sólo estaba detrás de su dinero. 

La extraña pareja iba levantando miradas por donde pasaba. Él era un sencillo hombre de campo y ella una mujer cosmopolita con ropa de marca. 

El periódico francés Le Point describía a Marcer como «un oso solitario» de las mantañas francesas. 

© Facebook/Primera Plana San Luis

Desde fuera parecía que Sandrine Devillard sólo estaba interesada en Marcel por su fortuna. Pero él parecía feliz por haber encontrado el amor. 

Y sólo un año después de su primera cita, Marcel Y Sandrine se casaron, era el año 2011. 

© Facebook/MuhammadIskandar

La pareja se casó en el ayuntamiento de Puy-Saint-Pierre. El pueblo tiene una población de 500 habitantes y está en un valle rodeado de picos nevados. 

Sandrine llevaba un vestido brillante. Marcel, a quien le faltaban varios dientes, llevaba ropa nada cara. Las protestas de los invitados se escuchaban alto y claro. 

«La gente gritaba y abucheaba. Todos conocían bien a Marcel y vieron que lo que movía a Sandrine no era precisamente el amor», cuenta Jaques, un vecino, a Daily Express

© Facebook/沈強

Los rumores en torno a Sandrine Devillard no cesaban, pero después de la boda fue incluso a peor. 

Sandrine seguía viviendo en París, mientras Marcel permanecía en su casa en los Alpes. Los recién casados apenas se veían. 

”Marcel es un hombre que pertenece a la edad media, quizá incluso a la edad de piedra», explicaba Sandrine, y añadía: 

«Yo soy una urbanita. Vivo aún en París, pero visito a mi marido cada vez que puedo. Para verlo y hacerle sonreír».

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Un año después de la controvertida boda, el misterio creció. 

Marcel viajaba en coche con Sandrine y dos amigos cuando tuvieron un accidente. El conductor perdió el control y Marcel murió en el choque. Sandrine y los dos amigos sobrevivieron. 

Los rumores de que Sandrine tenía algo que ver con la causa del accidente no tardaron en surgir, pero no había pruebas. 

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©Facebook/沈強

Una aparentemente destrozada Sandrine lloraba en el funeral pero no obtuvo ninguna compasión de la familia y amigos de Marcel. 

Tras el funeral, Sandrine comunicó que ella era la única hereda de Marcel y que se iba a convertir en millonaria. Anunció también que iba a desalojar a todos los huéspedes que vivián en las casitas del terreno de Marcel para comenzar a explotar el terreno. En ese momento los comentarios y críticas llegaron a su punto más alto. 

© Facebook/沈強

En medio de toda la ira, llegó un comunidado que le dio completamente la vuelta a la historia. 

Cuando se leyó el testamento, las noticias llegaron como un shock para todos, especialmente para Sandrine. 

Al parecer Marcel, poco antes de morir, había hecho su último testamento, en el que decía que todo el dinero y posesiones irían a la familia y amigos. 

Los amigos que vivían en las casas que había construido para ellos, se las dejó en herencia. 

Sandrine no recibió nada. Parece que Marcel se había dado cuenta del error que había cometido. 

Sandrine argumentó entonces que la firma de Marcel estaba falsificada y llevó el caso a los tribunales. 

En 2016 llegó por fin el veredicto: según la justicia la firma era auténtica, escribe el periódico francés Dici