Kimberly y su marido iban rumbo a casa en auto cuando accidentalmente ella vio a Dolly desde la ventana.
Inmediatamente sintió una conexión con ese caballo, a pesar de que Dolly distaba de verse como el caballo de sus sueños.
Dolly estaba mal cuidada, delgada y sucia. Sus ojos estaban apagados, grises y cansados. Vivía en una granja que cuidaba de caballos que habían sido maltratados por sus dueños, y Dolly había sido recientemente trasladada allí porque su dueño no la cuidaba. El veterinario estimó que Dolly tenía entre 4 y 5 años, pero nadie lo sabía a ciencia cierta.
Kimberly sentía un fuerte deseo de llevar a Dolly a casa y darle todas las cosas que su anterior dueño no le dio. Quería ver a Dolly volverse fuerte, saludable y feliz de nuevo.
Dicho y hecho, la pareja compró a Dolly por sólo US$50 y se la llevó a casa.
Nadie sabía si Dolly se recuperaría del todo. Quizás nunca podrá ser montada por su pobre condición. Pero a Kimberly no le importó.
“Todo lo que sabía es que ella merecía una oportunidad para ser un caballo”, dijo ella.
Ha pasado un año desde que Kimberly compró a Dolly y sí es verdad que se ha convertido en un nuevo corcel.
No sólo se la ve más sana sino que también es más feliz y sus ojos ya no son grises y tristes como lo eran hace un año.
“El mayor cambio son sus ojos y personalidad”, dice Lewis.
“Sonará cursi, pero nos rescatamos la una a la otra. Aprendo constantemente de ella, convirtiéndome en una mejor persona por ella”, añadió Kimberly.
¡Me hizo tan feliz ver cómo es Dolly ahora! Creo que ambas tienen un gran futuro juntas.