Si un perro ha sido maltratado o descuidado por los humanos desde su nacimiento, puede ser difícil para ellos recuperar el sentido de la confianza que otros perros tienen ya la suerte de tener.
Ese era el caso de Buster, un Staffordshire Bull Terrier de 12 años de edad, que tuvo una vida terrible antes de que un refugio lo acogiera. Debido a sus malas experiencias, a Buster no le gustaba quedarse solo con la gente. Entonces a su nuevo dueño, Sean, se le ocurrió una idea brillante..
Sean Farrell, el nuevo padre adoptivo de Buster, quería entrenar a Buster para que el perro pudiera volver a confiar en los humanos. Quería que Buster se sintiera amado y, sobre todo, quería prepararlo para su adopción en un nuevo hogar.
Sentirse seguro
Al final resultó que, Sean y Buster crearon un fuerte vínculo entre sí, y Sean se dio cuenta de que ese sería el hogar de Buster para siempre. Como resultado, estaba dispuesto a asegurarse de que Buster se sintiera muy cómodo en su nuevo entorno. Comenzó a construir Sean un «boudoir» o guarida.
“El boudoir pretendía dar a Buster una agradable zona de confort en la misma habitación en la que estaba yo» dijo Sean
«Para hacerle sentir que realmente puede estar a mi alrededor y al mismo tiempo sentirse seguro en su pequeña habitación. [Después de terminarlo], entró casi de inmediato en el boudoir. Han pasado unas semanas y está feliz de dormir y pasar el rato en su guarida».
Buster tenía una gran sensación de ansiedad cuando se quedaba solo con hombres, por ello Sean ideó un plan para tener un lugar donde pudiera sentirse perfectamente seguro.
Aunque no tenía experiencia en carpintería, Sean construyó una preciosa y agradable guarida para Buster…llena de amor y cariño.
Parece que a Buster le gusta su guarida. Parece realmente contento.
¡Qué idea más ingeniosa, Sean es un hombre con un gran corazón!
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