El perro no quiere jugar y el zorro se queda destrozado. Entonces revela un secreto para el que millones de personas han buscado respuesta.

Todo comenzó cuando descubrió que su perro tenía un amigo de juegos en el jardín. Un zorro que corría curioso detrás del perro y casi parecía que quería jugar con el perro.

Cuando el perro se cansa del juego se va hacia el porche de la casa. El zorro no se atreve a seguirlo y lo mira con pena. Cuando ve que el perro no vuelve el zorro se entristece y suelta un grito casi fantasmal.

Así es, ¡un grito! Los zorros gritan (o al menos lo hacen cuando están tristes por no poder jugar con sus amigos).

Aquí tenéis el vídeo, no os lo perdáis.

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