Salvador estaba débil, desnutrido y tenía una infección causada por una diarrea. No faltaba mucho tiempo para que lo mandaran al matadero. Pero menos mal su vida, y la vida de otras vacas, cambió repentinamente, cuando fue rescatado por el Santuario Igualdad Interespecie.
En vez de morir en una lechería, ahora, seis meses después, vive una vida de sueño. Salavador está libre y puedo correr todo lo que quiere. Además recibe montones de amor, de personas, perros y otras vacas.
En la película aquí abajo puedes ver como Salvador vive hoy. ¡Así deberían vivir todas las vacas!
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