Todos los días, durante un mes, la perrita fue vista sentada en el muelle con la mirada fija en el horizonte aguardando a su familia.
Logró sobrevivir gracias a la gente que le traía algo de comer. Ella no cesaba en su vigilancia constante.
Lamentablemente, sus seres queridos jamás regresaron a buscarla, pero su situación conmovió a unas personas que quisieron adoptarla.
La integraron en su familia y la llamaron “Tha Ruea”, que significa “muelle”. Hoy en día, esta fiel perrita vive feliz con su nueva familia que prometió jamás abandonarla.
Comparte esta triste historia con final feliz para generar conciencia contra el abandono de animales. ¡Seguro que ÉL nunca lo haría!
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