Damian Aspinall es un millonario e impulsor de la Fundación Aspinall, que reintroduce gorilas cautivos en su hábitat natural.
El filántropo conoció al gorila Kwibi cuando era muy pequeño y lo crió casi como si fuera un hijo. Pero cuando él creció llegó el momento de devolverlo a la vida salvaje. La despedida fue muy dura, pero era lo mejor para Kwibi.
Cinco años después, Damian volvió a buscarlo, con apenas esperanzas de que se acordara de él. Quería verlo al menos una vez más.
Navegando por el río en una lancha, empezó a llamarlo como hacía cuando era pequeño. Hasta que de repente Kwibi apareció entre la espesura de los árboles.
Damian no sabía cómo iba a reaccionar. Sus acompañantes temían que se volviera agresivo y le atacara. Pero cuando él se acercó y se sentó en el suelo junto a Kwibi enseguida demostró que no había olvidado a su amigo.
No sólo no se asustó ni se mostró agresivo, sino que empezó a tocarle e incluso le atrajo hacia él para darle un abrazo.
Tienes que ver esta enternecedora escena en el video de abajo.