Desde entonces, cada vez que sonaban las campanas Ciccio iba a misa. Todos estaban asombrados, incluído el padre Donato, que permitió que viniera ya que asegura, nunca ladraba ni molestaba a nadie.
Ciccio se volvió famoso en el pueblo entero. Todos participaron en su cuidado, dándole agua y comida.
Lamentablemente, el perrito murió por un paro cardíaco a la edad de 13 años. Seguro que en el cielo se ha reencontrado con su querida dueña.
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