Era un momento emotivo. Raden estaba en el muelle del puerto de Melbourne e iba a esparcir las cenizas de su abuela.
Pero de repente se le aceleró el pulso.
Por el rabillo del ojo Raden vio a un pequeño perro nadando desesperadamente en el agua. El perro, un shih tzu tibetano, trataba de regresar junto a su dueño, quien también estaba en el muelle.
Pero el fuerte oleaje hacía que le fuera muy difícil al perro llegar hasta el muelle. Raden se dio cuenta de que la situación podía acabar muy mal y no lo dudó ni un momento.
El joven de 20 años suspendió la solemne ceremonia familiar y se tiró al agua para salvar al perro.
La dueña del perro, Sue Drummond, observaba en una espera esperanzadora cómo el joven trataba de rescatar a su perro.
Por suerte Rades actuó a tiempo y consiguió atrapar al perro, sacándolo del agua y salvándolo de estas terribles y enormes olas.
Los fuertes vientos habían empujado al perrito al agua y seguro que de no ser por Raden, ello le hubiera costado la vida.
Esta es otra historia más que nos muestra como los superhéroes no llevan capa. ¡A veces solo llevan calcetines y calzoncillos cuando tienen que salvar a alguien!
Raden ha sido elogiado como un héroe allí en su tierra Australia y es difícil no estar de acuerdo. Es un joven valiente este muchacho.
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