Tocó la ventana para llamar la atención del animal y se asustó al ver que no era un perro, era un puma que tranquilamente descansaba en el sol.
La familia se quedó mirando el puma con una mezcla de miedo y curiosidad, pero el puma los ignoró completamente, estaba cansado y sólo quería disfrutar del sol.
Así que después de un día agradable y soleado en la residencia de los Inman el puma pudo volver a su propio hogar. Para este animal salvaje fue una aventura y para los Inman fue una situación que jamás van a olvidar.