Sassy siguió ladrando y ladrando.
Hasta salió a la calle a ladrar a los autos que pasaban para llamar su atención.
Cuando Sassy era una pequeña cachorra, Marie la consiguió en un refugio para perros abandonados.
Tal vez Sassy estaba tratando de salvarle a Marie esta vez, tal como Marie había hecho con ella una vez.
Tras haber estado ladrando durante cinco horas, la gente al final le hizo caso a Sassy, pudieron salvar a Marie y llevarle al hospital.
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