La familia de Tusse le había adoptado hacía un año y medio. Estaba acostumbrado a merodear fuera del jardín de la familia, pero siempre volvía después de un día como mucho.
Pero esta vez Tusse no regresó. Días pasaron y finalmente la familia reportó su desaparición. Desafortunadamente, su búsqueda no dio resultados.
Estuvo desaparecido durante una semana y entonces de repente volvió a casa una mañana. «Iba con la cabeza baja. No caminaba recto y se tambaleaba un poquito».
La familia llevó a Tusse a un hospital de animales, donde descubrieron que le habían disparado con un rifle de aire comprimido un total de 10 veces.
Nada podía salvar a Tusse. Tuvieron que hacerle la eutanasia junto a Jennie y sus dos hijos, Liam y Kevin.
«Esto ha sido un gran impacto para nosotros y realmente difícil para toda la familia», dice Jennie.
No se sabe quién disparó a Tusse. Los disparos apuntaban a su cabeza y cuello. Como los gatos huyen cuando escuchan sonidos fuertes hay solo una conclusión posible: sostenían a Tusse mientras le disparaban.
¡Me muero de tristeza con lo que le pasó a Tusse! Por favor, ayuda a difundir este artículo para que más gente sea consciente de que la crueldad existe y que debemos cuidar a nuestras mascotas.
Descansa en paz Tusse.