Hace un tiempo un grupo de orcas perseguía su desayuno en la costa de Hartley Bay.
Pero al bajar la marea una de ellas debía estar surfeando una ola y se quedó atrapada en las rocas.
Las rocas eran afiladas y la orca no no se podía mover. A medida que las horas pasaban la situación se ponía peor y peor.
La orca estaba estresada y no dejaba de llorar. Pero afortunadamente un hombre la escuchó antes de que fuera demasiado tarde.
El hombre llamó a un grupo de voluntarios para llegar hasta la orca.
Luego colocaron sábanas sobre ella para protegerla del sol. Entonces usaron cubos para echar agua sobre ella y evitar que se deshidratara.
La orca se dio cuenta rápidamente de que las personas no querían herirla. «Al principio estaba alterada, podías verlo por su respiración que se aceleraba. Pero después de un rato creo que sabía que íbamos a ayudarla», dijo el rescatista llamado George Fisher.
Como la orca era tan grande era imposible para las personas moverla con sus propias manos, incluso si hubieran podido hacerlo las rocas eran demasiado afiladas y la iban a herir.
La única cosa que podían hacer era protegerla del sol hasta que regresara la marea.
Después de permanecer atrapada durante ocho horas, finalmente la orca pudo nadar libremente.
Fuente de fotos: YouTube
El equipo de rescate se alegró tanto cuando empezó a nadar. ¡Son unos héroes!
Estuvieron con la orca varias horas. Si no hubieran actuado tan rápido la orca podría haber muerto antes de subir la marea.
«Todos cuidamos de esta orca y fuimos rápidos a la hora de darle otra oportunidad», le dijo a CBC el investigador Hermann Meuter, quien también participó en el rescate.
Aquí puedes ver el magnífico rescate:
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