Cuando Kayla pusos por primera vez sus ojos sobre Russ, el pitbull no estaba en muy buenas condiciones.
Tenía una infección ocular, una cola ensangrentada y con bajo peso.
Kayla decidió llevarlo a pasear y Russ estuvo cerca de ella todo el rato. Russ además apoyaba su cabeza contra ella cada vez que se detenían.
Kayla volvió al día siguiente y llevó a Russ a hacer un paseo más largo. Russ estuvo junto a ella y Kayla supo que tenían un vínculo especial. Y ahí es cuando decidió que tenía que adoptarle.
Se conocen desde hace dos semanas, pero los dos son ya inseparables. Cuando Kayla se sienta en el sofá y trabaja, Russ se acurruca y se sienta cerca.
¡Qué bueno que se han encontrado el uno al otro! Compártelo si también piensas que los perros son el mejor amigo del hombre.