La carta decía así:
”Me gustaría poder llevarme mi perro en mi viaje y que se pudiese alojar conmigo en mi estancia en su hotel. Está bien educado, tiene un comportamiento ejemplar y no molesta a nadie. ¿Creen que sería posible que pudiese tenerlo conmigo en la habitación del hotel por la noche?”
Casi inmediatamente recibió respuesta del dueño del hotel:
”Estimado señor:
He dirigido este hotel durante mucho años. Durante todos estos años nunca me he encontrado con un perro que stjäl handdukar robe toallas, sábanas, cubiertos de plata o cuadros de la pared.
Nunca me he visto obligado a vräka un perro en mitad de la noche porque estaba borracho y se sentía enfermo. Y nunca me he encontrado con un perro que se haya ido sin pagar la cuenta. Así que, por supuesto que su perro puede alojarse en mi hotel.
Y si su perro se hace responsable, usted también es bienvenido aquí.”
Me ha encantado la respuesta del director de este hotel. ¡Compártela si estás de acuerdo conmigo!