Un padre y sus revoltosos hijos reciben una gran lección.

Un padre dejó a sus cinco hijos correr y jugar sin control en un restaurante. Rasgaban servilletas y utilizaban los papelitos como confeti, rompían palillos y gritaban como locos.

Camarera: Debo pedirle que le diga a sus hijos que paren, están molestando a otros clientes.

Padre: No (dijo con toda tranquilidad).

Camarera: ¿No le va a decir que paren?

Padre: Eso es (dijo feliz).

La camarera tenía que seguir trabajando y los niños seguían comportándose mal. Algunos clientes comenzaron a quejarse pero ella no podía echar al hombre y sus hijos del restaurante. Los últimos en quejarse fueron 8 chicos que estaban comiendo juntos en una de las mesas.

Cliente 1: ¿No hay nada que se pueda hacer?

Camarera: No, lo siento. La casa les puede invitar a algo de beber para compensarles.

Cliente 2: No, eso no lo compensa.

Camarera: De acuerdo, voy a ver si puedo darles postre gratis.

Cliente 2: No, no es eso lo que queremos. ¿No podría hablar con su jefe?

Camarero: Me temo que él no está aquí.

Cliente 1: No aceptamos cosas gratis. Seguro que se va a tener que desquitar el gasto usted misma de su sueldo.

Cliente 3: Un momento…

Uno de los chicos se levanta y va hacia la mesa ruidosa, los demás lo siguen. Los 8 enfadados jóvenes rodean la mesa con cara de pocos amigos.

Cliente 3 (dirigiéndose al padre): Dígale a sus hijos que paren.

Padre: No (vuelve a repetir el padre satisfecho).

Cliente 1: Están molestando a la camarera.

Padre: ¿Trabajáis vosotros aquí?

Cliente 1: No, venimos de la cárcel que hay al final de la calle. Estamos en libertad condicional. Curiosa coincidencia, todos hemos pasado 7 años en prisión por secuestro y asesinato de un banda de mocosos revoltosos y un idiota que hizo llorar a una camarera mal pagada.

De repente los niños se quedaron callados, y los demás clientes comenzaron a reír mientras los miraban fijamente.

Padre: Mientes.

Cliente 4: ¿Quieres ponernos a prueba, amigo?- Dijo con una gran sonrisa desafiante-.

Entonces el padre y los niños se levantaron y salieron del restaurante. Y estos héroes se ganaron el aplauso de todas las personas que había en el restaurante y un menú gratuito de parte de la camarera 😉

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