Desde muy pequeña, esta niña residente en Miami, Estados Unidos, vio a su padre competir en estas complicadas pruebas de obstáculos.
Cuando empezó a andar se ponía al final de la línea de meta para acompañarle en sus últimos metros, y cuando cumplió 7 años comenzó a entrenar para competir junto a él en la carrera BattleFrog, diseñada por soldados del cuerpo de los Navy SEAL, una sección especial del ejército estadounidense famosa por sus soldados altamente entrenados.
Para enfrentarse a la prueba entrenó durante nueve meses, cinco días a la semana y tres horas al día. Un entrenamiento que combinó con sus deberes escolares en el colegio North Beach Elementary.
“No quiero jugar a los videojuegos, no quiero un Hoverboard. No quiero hacer cosas que hagan la vida más fácil. Quiero estar cómoda estando incómoda. Tengo un cuerpo y esto es todo lo que quiero y amo”, dice Milla.
Finalmente, su padre Cristian, de 36 años, y ella compitieron codo a codo en la última carrera de 24 horas BattleFrog’s Xtreme en Virginia Key Beach.
“Estaba tan convencido de que la carrera iba a dejarla agotada. Quería hacerle ver que es más dura de lo que ella pensaba. Pero cuando terminó quería intentarlo otra vez”, dijo su padre al Miami Herald.
Tuvo que saltar, escalar, arrastrarse y nadar a lo largo de un recorrido de 8 kilómetros y 25 obstáculos. Pero ella la completó sin problemas.
Con todo esto Milla pretende demostrar que se puede hacer posible lo imposible. Ella dice querer inspirar a otras personas y que eso la hace más fuerte.
Y todo este empeño nació del acoso escolar. Milla explicó que en segundo grado empezó a ser acosada por compañeros, lo que la inspiró a competir.
Según su padre, él nunca le insistió para que compitiera, simplemente le incentivó a conseguir lo que se proponga en esta vida. Al parecer desde pequeña se hizo evidente que era una atleta nata.
Sin duda pocos seran capaces de meterse con ella tras demostrar que puede superar pruebas que harían llorar a los adultos más preparados.
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