La vida no le había ido muy bien a Ángela, dejó el colegio antes de tiempo.
Comenzó a probar las drogas y no tardó en engancharse a ellas.
La última vez que la había vista era una niña. Ahora tenía 17 años, no tenía hogar y estaba embarazada.
Tommy se dio cuenta de que debía hacer algo inmediatamente por ayudarla. Faltaban pocas semanas para que el niño naciera y el padre biológico estaba en la cárcel.
Quería asegurarse de que Ángela se quedaba con el niño, dejaba la calle y tenía una vida segura y estable.
Como Tommy había trabajado bastante durante un periodo largo tenía dinero ahorrado.
Tommy consiguió un apartamento más grande. Compró ropa de bebé y le dijo a Ángela que se mudará con él. Una semana más tarde nacía el niño, a quien llamaron Joshua, de esta forma Tommy se convertía como en un padre para Ángela y el «abuelo» del pequeño.
En unas pocas semanas Tommy se convirtió en un padre responsable. Dejó a un lado su entrenamiento y comenzó a trabajar más para poder mantener a Ángela y a su recién nacido.
Su vida había cambiado enormemente en poco tiempo pero a él no le importaba.
Disfrutaba con su nueva familia y tenía todavía muchos amigos cercanos.
”Si debo hacer una pausa en mi vida de uno o dos años para salvar dos vidas, me merece la pena» dice Tommy a Daily Mail. Le da un poco de vergüenza toda la atención recibida. Ayudar a gente que lo necesita debería ser algo obvio.
El hermano de Tommy empezó a recaudar dinero para ayudar a la familia y ha conseguido alrededor de 32.300 euros.
No eres menos padre por no ser el padre biológico del niño. La paternidad no está en el ADN sino que se encuentra en el corazón.
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