Cesia Abigail es la dueña de Abi’s Cafe, en Minneapolis, en Minnesota (Estados Unidos).
Ha luchado mucho por mantener su cafetería a flote, la economía ha sido complicada.
Hace medio año un hombre sin hogar, llamado Marcus, llegó a su cafetería y le pidió dinero.
Cesia sintió pena por el hombre, pero no tenía dinero que ofrecerle.
Para ella misma, llegar al final de mes era un reto, le sobraba el trabajo pero el dinero casi no le llegaba para sacar el negocio adelante. Necesitaba ayuda en el restaurante.
«Ese día andábamos cortos de personal», cuenta Cesia en Facebook.
”Así que le pregunté: ¿quieres trabajar? ¡Tengo trabajo para ti!».
Sus ojos se iluminaron y su sonrisa me alegró el día.
«Por supuesto, lo hago feliz por un poco de comida», le respondió Marcus.
¿Y adivina qué? Van ya dos semanas que viene al café y hace su trabajo… Ayuda a recoger la basura y lava los platos.
Y cuando le pago, él compra, y paga, su propia comida en el restaurante, porque es lo que le hace sentir mejor.