Esto es lo que escribió Emma a Tesco en Facebook:
«Quiero contarles algo que ocurrió hoy en una de sus tiendas.
Cuando llegué a la caja para pagar, no había cola, así que comencé a dejar mis productos en la caja directamente. El chico que había en la caja me saludó y comenzó a escanear los productos mientras yo seguía colocando productos en la cinta.
Cuando le dije que quería 5 bolsas, él contó todos los productos, después los volvió a contar con cuidado dos veces más antes de darme las bolsas.
El cajero realmente no hablaba conmigo, y aplastó mi paquete de pan de molde al escanearlo, mientras yo esperaba con paciencia a que lo escanease todo.
Cuando llegó el momento de pagar, ya estaba viendo cuánto iba a ser la cuenta y comencé a contar el dinero con él. Y después contó dos veces la vuelta.
Pero tengo que decirles que cada momento fue perfecto. Le pregunté si le gustaba el trabajo y me contó un poco sobre su experiencia en Tesco y cómo le habían dado la oportunidad que otros muchos empleadores nunca le habían dado.
Ya os podéis imaginar, el chico era autista.
Como madre de un niño de 12 años con autismo, esto me llegó el corazón. Empresas que cambian actitudes, como hacéis vosotros, que realmente ofrecéis igualdad de oportunidades, cambiáis la vida de muchas personas.
Así que gracias, Tesco, fue placer comprar en su tienda hoy».
Con su publicación Emma quiere recordar a otras personas que no hay que juzgar tan rápido, y a mí su mensaje me ha parecido precioso y digno de compartir. Compártelo tú también si estás de acuerdo con el mensaje de esta mujer. Juntos podemos construir un mundo mejor.
