En nuestra primera cita conversamos sobre mis hijas (tengo dos de un traumático matrimonio anterior).
Le conté que mi hija de 3 años tenía un libro favorito que se trata de una niña con un columpio de liana en su jardín, mi hija siempre hablaba de tener un jardín con una liana para jugar.
Tres meses después nos invitó a mí y a mis hijas a una noche de barbacoa. Hasta entonces nos habíamos tomado la relación con calma, todavía no conocía a mis hijas, presentarlo fue un GRAN paso para mí y me sentía muy nerviosa.
Cuando llegamos a su casa dijo que tenía una sorpresa para mi hija, así que fuimos a la parte trasera del jardín.
¡Allí estaba! – Había colgado una liana en un pino alto, nos turnamos para empujarla por horas, jamás había visto a mi hija tan feliz.
Esa consideración me derritió el corazón. Nos casamos cuatro años después y adoptó a mis hijas, aún tenemos la liana. Las niñas han crecido y ya no juegan con ella, pero queremos mantenerla para sus futuros hijos.
Fuente: Hrtwarming
Imagínate el valor y el significado de sólo escuchar y estar atento, luego basta con un pequeño gesto que puede valer muchísimo para otra persona. ¡Comparte esta historia si te parece bonita!