El soldado está de servicio y no puede asistir al parto de su mujer. Pero al ver al médico ella no puede parar de llorar.

Lamentablemente, Joseph tenía que participar en una importante misión justo en el día del parto. “Desearía poder estar ahí…”, le dijo. “Yo también desearía que estuvieses”.

Entristecida y sintiéndose muy sola, Jena empezó a sentir unos fortísimos dolores a medida que se acercaba la hora, así que pidió a las enfermeras que llamaran al anestesista.

Pero cuando éste apareció, la futura mamá no se lo podía creer. ¡Estalló en alegría!

Tienes que ver el por qué aquí abajo.

¡Menuda sorpresa! Al parecer el vuelo de este soldado fue cancelado y un compañero lo llevó en automóvil hasta el hospital donde se encontraba Jena.

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