Para su proyecto comenzaron a guardar un montón de cartones vacíos de jugo, zumo y leche.
Luego los llenaron de agua coloreada y los congelaron para formar bloques rectangulares de hielo.
Después buscaron un sitio adecuado para el iglú en su jardín y quitaron la nieve para marcar donde iba a estar la construcción.
Después de las preparaciones comenzaron a construir. Quitaron el cartón de las cajas para que quedasen sólo los bloques de hielo de colores, y los colocaron los en círculo en el jardín.
Un nivel de bloques de hielo, luego un nivel de nieve y otra vez un nivel de bloques, y así siguieron.
Cuando los bloques de hielo se agotaron, simplemente sacaron los cartones de nuevo para preparar más bloques.
La idea de los cartones y el agua coloreada hizo que la familia pudiese construir un iglú fuera de lo común.
Casi listo…
¡No hay que olvidar dejar un hueco para la entrada!
Por último, sólo faltaba poner las últimas piezas del techo.
¿Estás listo para ver el resultado?
¡Qué bonito! Sobre todo de noche cuando la lámpara de dentro alumbra el iglú y sus colores, brillando en la noche fría.
Muy acogedor ¿verdad? Además es un proyecto que a cualquier niño le encantaría hacer.
Esto sí que es poner al buen tiempo buena cara 🙂 ¡Me encanta!