Debido a una corte de energía en la zona, sólo fue un paramédico que respondió a la llamada de una madre que estaba a punto de tener su bebé en la casa. La casa estaba muy oscura y el médico le preguntó a Kathleen, una niña de tres años, sí podía tener la linterna encima de su mamá para que el paramédico pudiera ver bien y le pudiera ayudar a la mamá en el parto.
Kathleen, tomó la tarea mu enserio y lo hizo muy bien.
La mamá empujaba y empujaba y después de un ratico llegó Connor al mundo. El paramédico lo tomo de sus piernitas, lo levantó y le dio una palmadita de bienvenida en la nalga.
Luego el paramédico le dio las gracias a Kathleen y le preguntó que opinaba sobre lo que acababa de ver. Kathleen respondió rápidamente: “¡El no se debería haber metido ahí… Sigan dandole palmaditas en la nalga!”
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