Madre muerde un labio a su hija para hacer que pare de llorar – la niña muere 1 año después de encontrar hogar con amor

Según el periódico británico The Daily Mirror, Katya Spesivtseva vivía en el área de Sverdlovsk Oblast de Rusia en 2015.

La niña de seis años no tuvo una vida fácil, nació con parálisis cerebral y tenía como madre a una mujer con poca paciencia.

La madre, Ludmila, no soportaba oír llorar a su hija. Por supuesto, se puede esperar que un niño pequeño llore, especialmente uno que padece problemas de salud. En cambio, se enojaba por los gritos de Katya y decidió hacer algo al respecto.

Una noche, cuando Katya comenzó a llorar, Ludmila perdió el control. Gritó a la niña, ordenándole que se callara. Luego, cuando Katya solo aumentó el volumen, Ludmila atacó a su propia hija con sus dientes, mordiéndole el labio.

Según informes verdaderamente desagradables, Ludmila agarró el labio inferior de Katya entre sus dientes y se lo arrancó.

Katya quedó en agonía durante días antes de que su madre decidiera llamar a una ambulancia, y el médico descubrió que Ludmila también había intentado arrancarle la nariz a la niña de seis años.

Afortunadamente, las autoridades intervinieron pronto y Ludmila estuvo presa durante cuatro años. Se descubrió que Katya estaba cubierta de hematomas de otros abusos, y había contraído varias enfermedades como resultado de la negligencia por parte de su madre.

La niña fue adoptado por Anna Makarova-Bespalova después de pasar un año en varios hospitales en recuperación. Le dieron una segunda oportunidad en la vida; una que su nueva familia ansiaba darle.

Sin embargo, trágicamente, este año Katya falleció inesperadamente, a los nueve años. Su causa oficial de muerte fue insuficiencia cardíaca.

«No estábamos listos para que Katyusha decidiera dejarnos», dijo Anna. «Y aunque ella no estuvo con nosotros por mucho tiempo, toda la familia tiene dificultades por su pérdida».

No hay nada que pueda borrar el horror que Katya sufrió en manos de su madre biológica, pero al menos se le dio tiempo para que conociera el verdadero amor. Un gran agradecimiento a Anna Makarova-Bespalova por cuidar a Katya y hacerle conocer la paz.

Rezo todos los días para que el abuso infantil llegue a su fin y, sin embargo, parece ser un problema eternamente presente.

Un niño es un niño, sin importar sus problemas de salud, color, apariencia o actitud. Comparte este artículo para mostrar tu apoyo a todos los niños maltratados del mundo.

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