Pero no fue así – más bien seguía creciendo con los años.
La adolescencia fue extra difícil para Victoria, pero es una mujer amable, alegre y de con alta autoestima, Victoria ha aprendido a recibir las miradas de las personas de una manera impresionante.
– Si alguien me miran un poco, suelo solamente devolver la mirada y una sonrisa, me he dado cuenta que es la mejor manera de devolver las miradas de las personas, dice Victoria.
– No significa que la gente me mira mal sólo porque se quedan mirando.
Hoy en día, Victoria trabaja fomentando la igualdad para personas con discapacidades o problemas faciales, también es escritora y tiene su propia página web llamada «No sólo un rostro gracioso». Ha estudiado derecho en la universidad, donde también conoció a su esposo.
– Sueño con un mundo en el que las personas son aceptadas tal como se son.
Victoria es un ejemplo excelente de por qué debemos aceptar nuestras diferencias, ¡comparte la historia de Victoria con tus amigos por Facebook!