Nikki Webster tenía una dependencia a la comida, tanto física como psíquica. Ella sentía que no merecía la pena vivir. Los médicos le dijeron que otra vida era posible, pero requería una gran voluntad por su parte.
Necesitaba asumir que tenía que luchar contra su adicción, y cambiar su vida por ella misma.
– Mi cuerpo debilita mi cuerpo y me genera mucho dolor. Lo odio, pero yo me he hecho esto a mí misma. La comida es mi adicción y mi adicción me está matando, dijo Nikki a TLC.
Nikki había llegado a su límite y había decido cambiar su vida. Se fue de su pequeña ciudad, Little Rock, para obtener la ayuda de médicos.
Para volver a tener un peso y vida normal, Nikki se vio obligada a operarse del estómago.
Le realizaron la operación y fue un éxito. Pero ese solo el primer paso, quedaba aún un gran reto: cambiar su estilo de vida.
Tras la operación, Nikki comenzó a hacer deporte y comer más sano. La operación, el ejercicio y los cambios en su dieta le dieron grandes resultados desde el primer año, en el que Nikki bajó 93 kilos.
Estaba superando su adicción y su vida de pesadilla.
Tras algo más de dos años, consiguió bajar 206 kilos y elimiar 25 kilos de piel con la operación. Esto ha cambiado su vida completamente. Hace poco pudo comprarse sus primeros pantalones vaqueros y ha podido volver a montar en bicicleta, por pimera vez en años. Además ha comenzado a tener citas, escribe Daily Mail.
Ahora pesa 88 kilos y vive una vida activa que ella misma comparte en su página de Facebook, seguida por miles de personas que ven en ella una inspiración.
Me ha impresionado enormemente y por eso he querido compartir el viaje vital de Nikki. Es una gran luchadora que se merece un reconocimiento. Ayúdamos a compartir su inspiradora historia. Si un compartido puede ayudar a otra persona a cambiar su vida, habrá merecido la pena.