Todos los que la conocían sabían que a Danielle le encantan las princesas. Cuando la familia estaba sentada esperando en el juzgado llegó la primera sorpresa.
La juez dijo entró y dijo que sabía que ese día había una princesa en la sala, entonces dijo que ella también iba a ser una princesa y comenzó a ponerse complementos para caracterizarse de Blancanieves. A la niña, cómo no, se le puso una gran sonrisa en la cara.
Y no sólo lo Danielle y la juez, ¡también las personas que llevaban su adopción llevaban complementos de cuento de hadas!
¡Había princesas y príncipes por todas partes!
Y la propia Danielle, entre ovaciones y aplausos, fue la que golpeó con el martillo para dictar su sentencia de adopción.
Y una vez terminado el proceso, llegó la hora de celebrarlo con una gran fiesta, con toda la familia y las princesas.
Bravo po todos esos profesionales que fueron mucho más allá de sus responsabilidades laborales para convertir un trámite burocrático frío y aburrido el algo muy especial que esta niña nunca va a olvidar. Y bravo por la familia que la ha adoptado, se ve que realmente es su hija y harían cualquier cosa por hacerla feliz. Estas son las cosas que te hacen creer en que un mundo mejor es posible
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