La trágica muerte tuvo lugar en la ciudad china de Xianyang. A través de las cámaras de seguridad pudieron ver cómo el niño, de cuatro años, luchaba por su vida en la piscina mientras su madre estaba sentada, a tan solo un par de metros de él, pero de espaldas y jugando con su teléfono.
Hasta que por fin la madre deja su teléfono y va a buscar a su hijo, pero sin ser consciente de lo que estaba sucediendo, se dirigió a la dirección contraria. Después de buscar durante un rato preguntó al socorrista, quien finalmente localizó al pequeño, pero ya sin vida en el fondo de la piscina.
Lamentablemente este no es un caso único, ocurre en todas partes del mundo. En Australia ha habido tantos accidentes de este tipo que la policía ha tenido que hacer una clara advertencia a los padres para que dejen sus teléfonos y vigilen a sus hijos cuando están en el agua, como cuenta el policía Garry Sims a ABC News después de que dos bebés estuviesen a punto de ahogarse.
Se trata de dos gemelos de 23 meses que habían estado sin vigilancia paterna durante poco tiempo, por lo que pudieron reaccionar a tiempo y los sacaron aún vivos de la piscina de la familia pero inconscientes.
Está claro que se trata de una peligrosa tendencia que se extiende por todo el mundo. Pero tenemos que reaccinar, un teléfono no puede ser más importante que la vida de un niño. ¡AYÚDANOS a difundir este importantísimo mensaje antes de que sea demasiado tarde para otros!