Finalmente su esposa se cansó de su comportamiento y le dio un ultimatum: debía elegir entre ella o las drogas.
Cayó en una espiral, estaba en manos del alcohol, la heroína y la morfina.
«Pops abandonó a su esposa de 12 años y a sus dos hijos y no se le volvió a ver en 30 años.
Cada noche pensaba en su familia y lloraba hasta caer dormido… Pero sabía que no podía exponerles a sus demonios.
En 2009 «Pops» descubrió un programa cristiano y algo en su interior cambió. Se dio cuenta de que necesitaba ayuda o de otro modo moriría.
Finalmente, encontró el Facebook de su nieta, y a través de ella contactó a su hija y a su hijo. Voló a verlos, sin saber qué le depararía ese encuentro.
Él quiso disculparse con ellos, pero su hijo le dijo: «Eso fue ayer, y ahora es hoy». Todos lloraron de emoción.
Verdaderamente, fue un gran y emotivo encuentro. Nunca es tarde para perdonar y recuperar el tiempo perdido.
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