Era febrero de 2018, y Amber Rojas y su marido, Fernando, estaban listos para dar la bienvenida a su último bebé, en Texas (Estados Unidos).
La pareja había decidido que no quería saber nada de su bebé hasta que llegase al mundo.
El matrimonio decidió que su último bebé llegaría al mundo en casa, rodeado de sus otros hijos.
Los niños escribieron emotivos mensajes de motivación, que pegaron en un espejo, para que su madre los pudiera estar viendo durante todo el parto.
El parto se desarrolló en una piscina preparada para la ocasión y con profesionales preparados para atender a Amber.
Y cuando vio a su nuevo bebé, Amber lo supo:
«En cuanto miré hacia abajo, lo vi. Lo vi en la cara de mi bebé. Pensé: ‘mi bebé tiene síndrome de Down’.», cuenta Amber según escribe La Nación.
Así era.
Amber también pensó que su bebé iba a ser un niño, pero en este caso se equivocó. Pero el instinto no le falló al sentir que había algo diferente con este bebé:
«No sabía por qué pero siempre le decía a mi marido que este bebé iba a ser diferente. Sabía que algo sucedía», cuenta esta madre según La Nación.
Lo más emocionante es ver la actitud positiva que tiene toda la familia con la llegada de la pequeña, a la que llamaron Ami.
«Quería saberlo todo sobre los bebés con síndrome de Down para poder cuidar a mi hija. No nos importaba que tuviera síndrome de Down, porque todos estamos locos por ella y por sus cromosomas», cuenta Amber.
Tanto Amber como Fernando tenían muy claro que no querían hacer distinciones entre la crianza de Amadeus y sus otros hijos, Xavier, de 10 años, las gemelas de 8 años, Kaydence y Zayden, y la pequeña Evra, de 2 años.
En el vídeo – publicado por Birth Unscripted, pueden ver la llegada al mundo de Amadeus y el maravilloso recibimiento que le hace familia.
Comparte la historia de esta familia que demuestra lo que es el verdadero amor por la familia.
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