Cameron Cook, de 17 años, estaba comprando con su madre en Target en Boston, Massachusetts, el pasado mes de noviembre, cuando notó algo extraño. Mientras su madre compraba, Cameron vio a un hombre tocándose mientras miraba lujuriosamente algo.
«Vi al hombre tocándose y mi madre dijo: ‘Cam, vamos, sigue caminando’. Yo me dije, no, está pasando algo», dijo Cameron a la CBS.
El hombre olía a licor y mientras se tocaba caminaba hacia una niña pequeña. Cuando Cameron se dio cuenta de lo que sucedía no lo dudó. Sin ningún miedo, Cameron fue hacia el hombre y le preguntó si conocía a la niña. El hombre dijo: «¡No soy un pervertido, no soy un pervertido!».
«No le he preguntado eso, señor», contestó Cameron.
El adolescente siguió confrontando al hombre hasta que se sintió incómodo y huyó de la tienda. Gracias a la acción de Cameron, la niña se ahorró una horrible situación.
La policía de Boston urgió a los padres a vigilar a sus hijos en lugares públicos.
Si Cameron no hubiera confrontado al hombre, podría haber pasado lo impensable.
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