Imagínense el pánico de la situación, ella estaba de parto y no había ningún médico cerca. Pero los dos camioneros, Peter y Fred, reaccionaron rápidamente. Fred llamó al 911 mientras Peter ayudó a Kaycee.
Lo peor es que no se trataba de un parto normal. El niño nacía con el cordón umbilical enrollado en el cuello y su cara se estaba tornando azul.
Afortundamente Peter, que no tiene conocimiento médico alguno, supo emplear su instinto y empujó al niño de vuelta adentro para poder desenrollar el cordón.
Finalmente, el bebé consiguió salir pero no reaccionaba, su piel seguía pálida. Hasta que Peter pellizó su cara y se hizo el milagro. ¡El bebé empezó a llorar!
Conoce a los protagonistas de esta historia en la historia de abajo (en inglés).
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