En junio de 2015 Mercy dio a luz a su hijo Jacob en un hospital de El Salvador.
Pero al día siguiente, cuando se disponía a llevar a su hijo a casa, Mercy sintió que algo estaba mal.
El pequeño que le entregaron las enfermeras no era el bebé que ella había dado a luz un día antes.
La madre y su suspuesto hijo viajaron a Texas para estar con Rich, el marido de Mercy.
Los nuevos padres le dieron al niño todo el amor y el cariño que un niño puede tener, pero aun así, sentían que algo estaba mal.
Mercy decidió hacerse un test de ADN y resultó ser que ella y Rich no estaban criando a su hijo biológico.
Rich y Mercy se dieron cuenta de que Jacob y su hijo biológico fueron intercambiados en el hospital de El Salvador.
Contactaron al hospital y muy pronto dieron con su hijo biológico, a quien habían bautizado como Moses. Pero el gobierno rechazó tramitar al niño un pasaporte para que pudiera viajar a Estados Unidos.
Esto inició un largo proceso para traer a Moses a casa.
Sus padres, sin embargo, nunca abandonaron la esperanza, y tras una larga batalla con las autoridades, finalmente se les permitió traer a su hijo y entregar a Jacob a sus padres biológicos.
En muchos casos, los instintos de una madre son más fuertes que cuaquier otra cosa en el mundo.
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