Los viejitos se sentían solos – entonces la policía llegó de sorpresa y les cocinó

 

La policía compartió esta historia en Facebook con el siguiente comentario:

 

“Es un verano caluroso en Roma. Jole está en casa, como todas las noches desde hace ya demasiado tiempo. En la televisión abundan las noticias, con atentados niños maltratados en un horfanato… jole se pregunta el por qué de tanta maldad….

Pero la televisión también le hace compañía…

Una noche solitaria más en compañía de Miguel.

Sí, porque Miguel, de 94 años, es su marido desde hace casi setenta años.

Ella, que ya tiene 89 primaveras, tiene tantos recuerdos que contar.

¿Pero a quién? Si nadie pasa a saludar…

La vida no es siempre fácil.

Cuando la ciudad se queda vacía y los vecinos se van de vacaciones.

A veces la soledad se vuelve llanto.

A veces es como una tormenta de verano, llega de repente y te abruma.

Joles y Michele se aman, pero cuando la soledad es un peso en el corazón se pierde la esperanza.

Lo que puede suceder es que, como esta vez, lloren tan fuerte que alguien llame a la policía.

No hay delito. Joles y Michele no son víctimas de estafas como muchos ancianos, ningún ladrón entró en su casa.

No hay nadie a quien salvar.

Esta vez, es una tarea más difícil para la policía. Hay dos almas solitarias que tranquilizar.

Una vez adentro del apartamento, todo habla de esa larga vida juntos.
Pero habla también de la desolación por la cual los agentes están ahí.
Un mísero racimo de uvas, de donde cuelgan marchitas tres uvas, en la mesa de la cocina, habla de un ayuno que dura ya demasiado tiempo.
Los policías están llenos de ternura.
Entienden que esta vez es diferente.
No hay formularios que rellenar. Esta noche los códigos no sirven.
Necesitamos ser humanos.
Ser auténticos.
Y mientras esperan la ambulancia para verificar que los cónyuges están bien, entienden que sólo un poco de calor humano podrá devolver la tranquilidad a Joles y Michele.

Piden permiso para acceder a la despensa.
Improvisan una cena. Un plato de pasta con mantequilla y queso. Nada de particular. Pero con un ingrediente grandioso: Dentro hay mucha humanidad.
Andrea a los fogones y Alejandro, Ernesto y Mirko a entretener a sus dos nuevos amigos.
¡Esta noche se cena en familia!».

 

 

El emotivo post ha sido compartido má de 24.000 veces. Y es que han sido muchos los que han aplaudido la humanidad de estos agentes, que llega como un soplo de aire fresco en un mundo con tantas calamidades y malas noticias.

 

 

¡Compártelo el enternecedor gesto de humanidad de estos agentes de policía!¡Que cunda el ejemplo!

Salir de la versión móvil