1. Saca la lata.
2. Toma un recipiente y llénalo de agua del grifo.
3. Échale cubitos de hielo…
4. … Y unas cucharadas de sal de cocina.
5. Pon dentro la lata o latas. La sal hace que el hielo se derrita antes, y para que esto ocurra, hace falta una fuente de calor, ésa será nuestra lata.
6. Después de un minuto puedes moverlo un poco.
7. Y después de otro minuto, podrás ver cómo la temperatura de la lata ha bajado ¡casi 20 grados!
8. ¡Ya puedes disfrutar de refresco bien frío!
En este vídeo puedes ver el proceso: