Le decían peligroso y nadie lo quería. Pero una mujer lo miró a los ojos y sabía que había esperanza.

Uno realmente no sabe mucho sobre los seis primero años de Nico, pero si sabemos que la gente había abusado de él. Sus años como perro de pelea en Los Angeles le habían dejado cicatrices muy feas.

Los dientes estaban dañados. Tenía cicatrices en la cabeza y casi que ya nile quedaban orejas.

Cuando un centro de animales en Los Angeles lo tomó Nico estaba deprimido, triste y cansado de la vida.

Pero después de que una foto de Nico se volvió viral en Facebook todo cambió.

Una mujer que vio la foto se fue al centro de animales donde Nico estaba. Pero el personal dudaba en entregarle el perro. Ellos pensaban que Nico era peligroso, agresivo y que podía morder.

Pero la mujer entendió que Nico merecía ser tratado con respeto y no lo quería dejar. Ella le dio una galleta y él con cuidado la tomó de su mano. Cuando ella lo miró a los ojos ella sabía que el centro de animales estaba equivocado. No había nada mal con Nico, lo malo era la forma en que lo habían tratado.

Ella recolectó plata suficiente para poderlo llevarlo al veterinario y lo llevó desde Los Angeles hasta Indianapolis.

Allá lo cuidó Julie, ella se volvió como su mamá y su misión era ayudarlo a encontrar la alegría en la vida otra vez. Por tres meses ella le enseñó a Nico como un perro normal debe funcionar.

Él se fue mejorando con el tiempo.

Como sus orejitas estaban tan maltratadas le dieron un collar con vibración. Le enseñaron que cuando vibraba él tenia que sentarse al lado de la persona. También le enseñaron que todas las personas no son malas.

 

Pero al mismo tiempo que él estaba descubriendo que la vida de perro no era tan mala le descubrieron un cáncer. El tumor se había regado en las orejas y en la cabeza. También le había crecido un tumor en la espalda. Pero le operaron todos los tumores.

La pareja Bridget och Melissa escucharon la historia de Nico y se enamoraron de él. Lo pudieron adoptar y él llegó a su casa donde también vivían dos gatos.

Después de un mes Nico se había acostumbrado a los gatos.

La ex-mamá visita a Nico frecuentemente y él siempre la reconoce inmediatamente. Él la mira a los ojos y mueve la cola.

El primer año en la nueva casa Nico se encuentra muchas cosas nuevas, como la nieve y el frío. Nico se da cuenta que le encanta jugar en la nieve.

Le encanta jugar con la gente. Lo que más le gusta es poner la cabeza en los brazos de sus dueños.

Los dueños de Nico querían ayudarle a Nico y querían darle un amigo. Así que contactaron un centro de animales que les recomendó Brisby. Un perro sordo, joven, que necesitaba una familia.

Nico, que se había acostumbrado a estar en el centro rápidamente aprendió a querer a su nuevo amigo.

Después de ocho meses Nico ya no quiere jugar con su nuevo amigo y parece que no está tan bien.

El cáncer había regresado. Y después de una larga lucha él le gana a la enfermedad otra vez.

 

La familia dice que es difícil entender que este perro una vez fue un perro de pelea, él es lleno de amor.

 

Esto no sólo es una historia sobre Nico, también es una historia sobre el destino de los perros de pelea y de como uno los puede ayudar. Uno no se debe vencer, siempre hay esperanza.

Aquí puedes ver el vídeo sobre Nico:

 

Fuente: Youtube

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