Ser obeso es pesado y además no es saludable, pero puede ser muy difícil cambiar un patrón y cambiar su vida. Es por eso me me parece que vale la pena hablar sobre historias como la de Jessica. Son justamente este tipo de historias que muestran que sí es posible.
Cuando Jessica empezó su viaje pesaba 145 kilos.
Lo primero que Jessica hizo fue dejar de comer comida rápida. Eso puede parecer fácil, pero para Jessica fue un cambio muy grande.
Jessica literalmente se levantó del sofá, dejó de mirar todas las series de televisión y se puso a buscar vídeos de entrenamiento en Youtube.
Al principio del año 2016 ella empezó a entrenar lentamente en la casa, y con el tiempo se atrevió de ir al gimnasio – un sitio que siempre la había asustado.
Ahora es su sitio preferido.
El gimnasio hoy en día es un sitio que Jessica asocia con felicidad y alegría.
Ella entrena más o menos dos horas cada día – ¿y cierto que se ve que su nuevo estilo de vida ha hecho diferencia?
Jessica documenta su viaje y sus experiencias en redes sociales.
”Me falta mucho, pero estoy muy orgullosa conmigo misma hoy en día», escribe Jessica.
Ella tiene esperanza en que ella pueda inspirar a otros a creer en sí mismos.
”Mi nombre es Jessica y tengo 21 años», escribió hace poco en Instagram.
”Mido 162 centímetros y he perdido 80 kilos cambiando mi comida y entrenando. Empecé en 145 kilos y por el momento peso entre 60-70 kilos», dice Jesscia.
”Habían y todavía hay obstáculos en mi camino, pero así es de vez en cuando y simplemente hay que manejarlo. ¿Esto hace que me rinda? ¡NUNCA!»
La transformación de Jessica no solamente ha sido física.
«Nadie creía que yo iba a llegar donde estoy hoy. Yo era tímida, pero ahora mi autoestima está más fuerte, tengo tanta energía… Es una locura la cantidad de energía que tengo para hacer cosas ahora, en comparación con antes», dice Jessica.
¡Qué inspiración, Jessica! Pon «me gusta» y comparte su maravillosa transformación si también piensas que esta chica ha hecho un muy buen trabajo.