Cuando Kris Smith tenía 21 años se separó dramáticiametne de su hijo de Matthew, de 3 años. En aquel momento vivían en la calle y no podía darle la vida que se merecía, y por esta razón lo dejó en adopción con la esperanza de que pudiese tener una vida mejor.
En los años siguientes Kris vivió en la calle, saltando de un refugio a otro. Kris había sido maltratada en familias de acogida, y el futuro no parecía muy prometedor para ella.
Pero un día ocurrió algo en su interior.
– Sentí que tenía que elegir entre vivir o morir, y elegí vivir, cuenta Kris a Reality Zone.
Kris pasó por un restaurante llamado Wendys y se dijo a sí misma que necesitaba un trabajo para poder conseguir una vivienda. El dueño vio que Kris era una persona honesta y le dio una oportunidad. Y fue ahí donde la vida de Kris comenzó a dar un giro. Pronto pudo alquilar un apartamento. En el trabajo conoció a un buen hombre con el que después se casó. El hombre tenía un hijo, lo que despertó los sentimiento de Kris, y decidió contactar con la trabajadora social que se había encargado de su hijo. Y lo que descubrió fue la mayor sorpresa de su vida.
Habían pasado 7 años desde que dejó al niño, pero nadie lo había adoptado. El niño estaba en una institución con otros niños.
Matthew tenía casi 4 años cuando su madre lo dejó. Muchos padres adoptivos prefieren bebés y fue difícil encontrarle un hogar a Matthew.
Cuando sintió que no pertenecía a ninguna parte, comenzó a tener dificultades para adaptarse. Kris, acompañada de una amiga, fue hasta donde Matthew vivía. Sus miradas se cruzaron, y entonces corrieron el uno al otro y se fundieron en un abrazo.
En unos meses, Kris y Matthew consiguieron rehacer los lazos que los unían. Y poco a poco fueron afianzando una familia, junto con el marido de Kris y su hijo. Un tiempo después lo hicieron oficial, Kris adoptó a Matthew, algo precioso que es muy poco habitual.
Todos los niños abandonados fantasean con la posibilidad de que sus padres verdaderos vuelvan a por ellos. En el caso de Matthew fue un sueño hecho realidad.
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