En realidad, el objetivo de esta medida no es hacer más felices a los funcionarios venezolanos, sino paliar los efectos de la grave crisis energética que enfrenta el país por la sequía, producto en parte del fenómeno climático El Niño.
El nuevo decreto gubernamental, está incluido en un plan que prevé cerrar el suministro eléctrico durante cuatro horas diarias a lo largo de 40 días, a excepción de en los hospitales, instalaciones de cuerpos de seguridad y aeropuertos.
Seguro que reducir el número de días laborables a sólo dos por semana suena a un sueño hecho realidad para muchos, pero la verdad es que la mayoría de los venezolanos no parece estar pasándola muy bien con todo esto.
Además de los cortes de electricidad, los cerca de 30 millones de habitantes de Venezuela enfrentan una aguda rescesión económica, escasez de productos básicos y un aumento descontrolado de los precios.
A muchos le sonarán las colas kilométricas bajo el sol supermercados que los venezolanos tienen que hacer para conseguir productos del día a día, que han sido difundidas ampliamente por distintos medios.