La barriga de Jo es en realidad el resultado de su alcoholismo. Tras trabajar varios años en un bar, Jo empezó a beber cada vez más.
Durante cinco años llegó a beber hasta 3 botellas de vino al día. Su adicción le provocó una cirrosis en el hígado.
El tejido cicatrizal sustituyó al tejido sano de su hígado y ahora retiene una gran cantidad de líquido en su abdomen, tobillos, piernas y pies.
Cada tres semanas Jo tiene que visitar el hospital para que le extraigan hasta 23 litros de fluido de su cuerpo. Es un procedimiento doloroso que incluye agujas y tubos de plástico que son insertados en su cuerpo.
Afortunadamente, Jo ha logrado mantenerse sobria, no obstante el daño a su hígado ya está hecho y es permanente.
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