María Mancía salió una mañana a trabajar, como cualquier otro día. Cuando volvió a casa, su hijo no estaba.
Steve Hernandez sólo tenía 18 meses cuando desapareció. El padre, Valentín, se llevó al niño de su casa, en el sur de California, en Estados Unidos. Se llevó incluso las fotos, así que María ni siquiera podía mostrar a la policía cómo era su hijo, por lo que resultaba muy complicado buscar al pequeño.
El tiempo fue pasando pero María no podía olvidar ese día de 1995 en el que su hijo fue apartado de su lado.
Sin embargo un día, 21 años después, sonó el teléfono. Era la policía.
21 años después habían encontrado a su hijo. Al parecer el padre estaba muerto o desaparecido y habían hecho lo posible por encontrar a su hijo, esta vez con éxito. Las pistas habían llevado a la policía a México, donde, finalmente y tras una intensa investigación, habían encontrado Steve.
– Es un momento indescriptible… Yo también soy madre y no podía dejarlo de lado, declaró a LA Times la policía Karen Cragg, quien se encargó de la investigación y finalmente encontró a Steve.
La madre al principio no lo podía creer.
– Es él, te lo aseguramos.
Con ayuda de un test de ADN lo pudieron finalmente corroborar.
Cuando la madre finalmente comprendió que era realmente su hijo, no podía parar de llorar. El encuentro fue un momento único.
Me ha encantado poder ver ese momento tan especial después de tantos años. Nadie debería jamás se separado de esta forma de una madre. Comparte esta historia con tus amigos si también te ha conmovido.
