Al principio encontré esta historia en alguna página americana, y cuando comencé a leer realmente no entendía de que hablaban los hombres. ¿Por qué de repente iba a terminar de hacer su trabajo? Pero entre más leía, más entendía y más me dolía el corazón. Aunque él habla sobre los policías en Estados Unidos creo que podemos pensar en esto, por todos lados del mundo. Especialmente cuando a veces nos quejamos por multas de tráfico o cosas parecidas. Estas personas realmente hacen un trabajo fantástico y muy pocas veces les agradecemos por eso. Van a entender lo que quiero decir cuando lean sus palabras.
Hoy no voy a responder las llamadas de radio cuando tu novio otra vez ha llegado borracho a la casa y te ha pegado otra vez. Hoy no voy a responder cuando tu hija, que normalmente es muy juiciosa, está cuatro horas retrasada del colegio. No voy a contestar cuando llamas y dices que los ladrones se han metido a tu tienda o si se han metido a tu casa. Cuando un conductor borracho está en las vías no lo voy a parar. No voy a capturar a ningún violador, asesino y ladrón. Hoy tampoco voy a responder llamadas de emergencia cuando alguien tiene una pistola o si una persona está tratando de secuestrar un niño. Tampoco voy a responder si se trata de alguien que ha sido acuchillado o si alguien ha sufrido un accidente de tráfico. No voy a salvar a tu niño que se ha quedado encerrado en el carro y tampoco voy a sacar a tu hijo que se está ahogando en la piscina. No, hoy no voy a hacer nada de esto.
¿Por qué?
Si, porque hoy un conductor ebrio me mató cuando estaba tratando de ayudar a un hombre minusválido que tenía problemas con su carro en la autopista. Hoy me dispararon en un control de rutina cuando paré un carro para decirle que una luz estaba mala. Hoy me mataron en un accidente de tráfico cuando iba en camino a ayudarle a una persona. Hoy me dispararon cuando iba a arrestar un narcotraficante conocido. Hoy me mataron cuando estaba tratando de parar un robo en un banco o un robo en una tienda de comida. Hoy me mataron cuando hice mi trabajo.
Un colega va ir a una casa y le va a contar a una mamá y a un papá, o a una esposa, o a un esposo, o un niño, que su hijo, hija, esposa, esposo, mamá o papá no van a regresar a la casa hoy. Muchas estaciones de policía van a tener la bandera a media asta pero la mayoría de la gente no va a saber que ha pasado. Va a ver un entierro y muchos de mis colegas van a ir. Mi nombre va estar en la tumba y en un letrero en la pared, en una casa, en una ciudad en alguna parte. Y una familia me va a extrañar.
Nadie va a gritar por la justicia. No van a ver tumultos en las calles. Ningunos policías van a gritar por las calles “ninguna justicia, ninguna paz”. Ningunos ciudadanos van a gritar que hay que hacer algo. No se van a quebrar ventanas, no se van a quemar carros y no se van a tirar piedras.
La única señal de que yo he existido es que alguien, o algunos, van a llorar hasta que se duerman.
Yo era un policía.
Las palabras del policía son muy fuertes y tengo que luchar para no llorar cuando leo lo que escribe. Al mismo tiempo él habla de algo muy importante así que sentí que quería compartir esto con ustedes. ¡Si quieres puedes compartir esto para que más pueden leer lo que escribe! Sólo ponle like al botón de abajo.